El proceso de venta de empresas pequeñas y medianas (definidas como negocios con un valor estimado inferior a 50 millones de euros) puede exigir un desembolso relevante en honorarios y gastos profesionales. Se aconseja contar con especialistas que orienten la transacción, refuercen la propuesta de valor y salvaguarden los intereses de la parte vendedora.
Los costes pueden clasificarse en cuatro categorías principales: fiscal, financiero, legal y otros gastos. A continuación, se presenta una descripción de cada uno de ellos.
Asesoría fiscal
Los honorarios por labores de planificación fiscal suelen oscilar entre 5.000 € y 25.000 €, según la complejidad de la operación, la cantidad de jurisdicciones implicadas y el volumen de activos. La intervención de un profesional con experiencia tiende a optimizar la carga tributaria y prever posibles contingencias, lo que repercute en el resultado económico.
En la preparación, se examinan factores relacionados con la estructura de la sociedad y la situación de los socios, incluyendo la residencia de cada uno, la tipología de tributos aplicables y posibles medidas de exención. En operaciones por debajo de 50 millones de euros, se acostumbra a realizar una revisión de la documentación contable y de la declaración de beneficios, con el propósito de evitar contingencias que obliguen a presentar declaraciones complementarias o asuman gravámenes adicionales. También se sugiere verificar si existen créditos fiscales o deducciones para reducir la carga global.
Asesoría financiera
La tarea principal del asesor financiero comprende la valoración del negocio, la identificación de inversionistas estratégicos y la organización integral de la operación. Por lo general, se establecen dos tipos de remuneración: un retainer (cuota mensual) y un success fee (porcentaje sobre el precio final). El segundo suele situarse entre 2 % y 8 %.
Este servicio aporta conocimiento en negociación, revisión de documentos corporativos y procedimientos para incrementar el valor de venta. El asesor ayuda a minimizar retrasos o cancelaciones y promueve la convergencia de intereses entre vendedor y comprador.
El asesor financiero no se limita a proporcionar un valor teórico de la compañía. Examina posibles interesados, analiza su capacidad de pago y diseña estrategias de negociación que realzan los rasgos del negocio. El retainer cubre el trabajo continuado del equipo antes de culminar la venta, mientras que el success fee varía según la cuantía total y el nivel de complejidad. En empresas de este segmento, la comisión puede aumentar si surgen requisitos adicionales o si el proceso presenta dificultades.
Asesoría legal
La revisión de contratos y la supervisión normativa recaen en despachos especializados encargados de proteger los intereses del vendedor. Los honorarios suelen ubicarse entre 25.000 € y 100.000 €, con tarifas que pueden pactarse de manera fija o por horas.
Su asesoramiento se recomienda en diversos momentos:
- Carta de intenciones (LOI): verificación de cláusulas potencialmente perjudiciales para el vendedor.
- Due diligence: detección de riesgos laborales, fiscales, de propiedad intelectual y litigios.
- Negociación contractual: revisión final de la redacción y validación de obligaciones asumidas.
El asesor legal proporciona mayor seguridad a la operación y disminuye la probabilidad de disputas futuras. Si participa desde fases iniciales, puede guiar sobre la estructura de la propuesta comercial y las implicaciones de acuerdos preliminares. En la due diligence, revisa la documentación corporativa y laboral, las licencias y los permisos requeridos, y el estado del negocio ante las autoridades reguladoras. En la última etapa, se redacta el contrato de compraventa, donde se determinan precios, responsabilidades respecto de pasivos ocultos y compromisos relativos a la permanencia de directivos.
Otros costes
En esta partida se incluyen derechos notariales, tasas de inscripción en registros públicos y tributos que gravan las transmisiones patrimoniales. Aunque no suele tratarse de un importe elevado, se recomienda mantener un margen de tesorería para evitar contratiempos.
Entre los gastos más frecuentes se encuentran tasas de registro, aranceles notariales y tributos sobre la venta de participaciones. En algunas jurisdicciones existe un impuesto específico para la transmisión de activos, lo cual puede incrementar el importe final. En casos con patentes o marcas registradas, suelen añadirse cargos derivados de la modificación de titularidad.
La inversión en estos apartados persigue un objetivo de solidez y protección en la operación. Un equipo asesor con trayectoria en fusiones y adquisiciones coordina las distintas áreas y aporta conocimiento práctico, favoreciendo un proceso de venta con menor exposición a riesgos.
La persona interesada en vender su compañía debe considerar que el conjunto de gastos engloba diferentes aspectos que, administrados adecuadamente, facilitan mejores condiciones de cierre. Estas transacciones exigen un examen minucioso y la elección de asesores capacitados, adecuados a la naturaleza de la sociedad, la jurisdicción de referencia y las proyecciones de desarrollo. El propósito es encaminar la operación de manera ordenada, con mayores garantías de obtener un resultado favorable.